Reseña de 'Un hombre llamado Otto', Tom Hanks interpreta a Furious Florid
En “A Man Called Otto”, Tom Hanks interpreta a uno de esos solitarios que nunca pierde la oportunidad de desahogarse. Darles a todos un momento difícil es lo que lo ayuda a pasar el día; Podrías llamarlo su hobby.
En un informe de Variety, el viernes (30/12/2022), desde Scrooge en "A Christmas Carol" hasta Alan Arkin en "Little Miss Sunshine", hemos visto personas así muchas veces antes.
Pero con los actores correctos y el guión correcto, es una fórmula para jóvenes (y para una humanidad amablemente redescubierta) que nunca deja a la audiencia aburrida, y Hanks, no se equivoquen, es el actor perfecto para este papel.
A lo largo de los años, cuando era la principal estrella de cine de Estados Unidos, Hanks fue retratado habitualmente como nuestro propio James Stewart, el alma del caballero de al lado, pero volviendo a sus primeras apariciones en películas como "Despedida de soltero", Hanks siempre tuvo una ventaja. a él. Por eso su amabilidad nunca empalagosa. (James Stewart también tiene una ventaja. Todas las grandes estrellas también).
La escena de apertura de "A Man Called Otto" es prometedora, ya que Otto Anderson de Hanks, un viudo de unos 60 años recientemente jubilado, intenta comprar una cuerda en una cadena de ferreterías, solo para descubrir que prevalece el protocolo burocrático de precios de la tienda. No dejes que pague exactamente cinco pies de cuerda que quiere comprar. Tuvo que pagar seis pies.
Lo desenganchó por completo, no porque fuera tan tacaño, sino porque era una especie de explotación consumista innata que, para él, era una deducción estándar mayor.
El ph fragante de Hanks con una lógica farisaica irresistible y las respuestas despistadas de los empleados millennials de la tienda, que hacen todo lo posible para adaptarse a sus rabietas, es la guinda del estúpido pastel. El arma secreta de escenas como esta era que a pesar de que Otto reaccionó exageradamente como un idiota, en su manera estrecha y aguda tenía razón. Esto debería molestar un poco a la gente, que una empresa lo haya diseñado para que no puedas comprar una cuerda de metro y medio.
Si “A Man Called Otto” hubiera seguido la premisa de esa escena, probablemente sea una mejor película (más divertida, más mordaz, menos formulada) que la estridente historia de lágrimas. Imagina al personaje de Hanks atrapado de mal humor, pero la mayoría de sus quejas son divertidas porque tienen un matiz de verdad mordaz. Suena como complacer a la multitud.
Pero David Magee, quien escribió el guión de “A Man Called Otto” (inspirado en la película sueca de 2015 “A Man Called Ove”), y Marc Forster, quien la dirigió, no piensan en nada gracioso. La película comienza con raíces en el mundo real, pero se convierte en un cuento de hadas de "redención" tonto.
Todo estaba a la altura; incluso la escena potencialmente frenética de Otto acosando a un payaso del hospital se marchita en la reacción exagerada del payaso por telegrama. La película se esfuerza por complacer a la multitud, en una comedia de situación sintética que se encuentra con Hallmark, que probablemente terminará complaciendo a muy poco. Esa es la definición de cine que merece Tom Hanks.
Otto, en caso de que te lo preguntes, planeó usar la cuerda de metro y medio para suicidarse. Todavía se está recuperando de la reciente muerte de su esposa, y tiene la intención de ahorcarse en su sala de estar (por el agujero que hizo en el techo, ¿plan fallido o qué?). Nunca me han vuelto locos las comedias suicidas fallidas, volviendo a la secuencia de preludio de "Harold y Maude" (lo siento, no es ese fanático calculado de los 70).
La razón no es que crea que es súper vergonzoso, sino que, debajo de la superficie, es bastante sentimental. El chiste es siempre el mismo: que el suicidio fracasa porque la persona... tiene muchas ganas de vivir. En este caso, la idea de que el Otto de Hanks ha renunciado a la vida es una presunción que el público apenas puede aceptar.
Otto ocupa un condominio en el desarrollo de casas adosadas del prefabricado azul sereno en el que ha vivido desde que se casó con Sonya (Rachel Keller), el verdadero amor que vio por primera vez en una plataforma de tren de Filadelfia: ¡ella dejó caer su libro! ¡Lo tomó y lo persiguió! ¡Pasa al otro lado de la plataforma! - cuando el era joven.
La película está repleta de escenas retrospectivas de su relación, y se basan en el truco potencialmente efectivo de Truman Hanks, el hijo de Hanks de 27 años, como el Otto más joven, que llega a Filadelfia para alistarse en el ejército, lo que resulta ser ser una misión. destruido. El mordaz hijo actor de Hanks, Colin, a menudo puede parecer un viejo chip, pero Truman Hanks se ve más lindo, más gentil y más dócil que su padre.
En casi cualquier película tienes que entrecerrar los ojos para entenderlo como el joven Tom Hanks, pero en esta, donde tenemos que creer que este nerd angelical se convirtió en un hombre descontento descontento de lengua afilada, es demasiado impactante.
A Man Called Otto” se basa en el conjunto de herramientas Lame Screenwriting 101, que es suficiente para completar una trilogía de películas premiadas de la vieja escuela. Hubo un desastre natural que cayó sobre Otto y Sonya. Hay un largo distanciamiento latente entre Otto y sus amigos y vecinos (Peter Lawson Jones y Juanita Jennings).
Y, por supuesto, está la presunción que mueve la película: Marisol (Mariana Treviño), la nueva vecina de Otto, le pide un favor, y ella comienza a ayudarlo tanto que es prácticamente miembro de la familia honoraria.
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